Los Domos de Potrerito
Nuevamente Febrero, verano en Venezuela, asueto de carnaval, días exactos para una corta visita a la sabana apureña, lugar preferido por muchos temporadistas para visitar sus grandes ríos Cinaruco y Capanaparo.
Como muchos ya se habrán dado cuenta, no acostumbramos a visitar lugares tradicionales y por ese motivo decidimos visitar unos gigantes domos en la inmensidad de la sabana de Apure, hace varios años pasamos muy cerca de ellos, pero no las visitamos porque en esa ocasión nuestro rumbo era el refugio de tortugas arrau a orillas del rio Orinoco, pero si tomamos referencias para hacer la investigación y lograr el acercamiento a la zona.
Chequeando un disco duro encontramos las fotos donde recordamos que quedaron pendientes las peñas o domos para la visita, así decidimos hacer el levantamiento del recorrido y el acercamiento ideal a los domos, con mapas, referencias satelitales notamos que no eran dos como pensábamos, son cinco gigantes que son atravesadas por un caño, las imágenes satelitales de inmediato nos dieron la referencia que es una zona que se inunda totalmente así que la temporada era la adecuada.
Tomando rumbo Sur por las carreteras hacia el Apure nos tomo nueve horas hasta llegar al punto seleccionado para entrar a las trillas de la sabana, como siempre los intensos atardeceres color naranja nos indica que ya pronto nos tocara recorrer las trillas en la oscuridad, nuestras referencia nos indicaba que teníamos nuestro destino a 50 km, pero en línea recta, indudablemente sabíamos que teníamos que hacer una navegación nocturna.
Como en toda buena planificación teníamos como referencia una finca cercana como punto de información de la zona y pedir los respectivos permisos para entrar a los diferentes potreros para llegar a los domos, empezamos nuestro recorrido y poco a poco la noche nos arropo y empezamos a sabanear orientados solo por los GPS, al llegar a la finca notamos que estaba totalmente quemada, no quedo nada en pie y esto nos sorprendió, pero desde la finca se podían ver en el horizonte la figura de las peñas, dos gigantes domos negros en el medio de la nada, decidimos continuar con mucha prudencia ya que en toda la trilla encontramos muchas zonas húmedas por las fuertes lluvias de los días anteriores, y no hay situación más desagradable que caer en una zona de barro en la sabana y de noche, desde este punto ya la navegación era en sabana abierta sin marcas de trillas o senderos de motos o animales.
Decidimos tomar rumbo hacia la peña más pequeña, siguiendo al pie de la letra todos los datos referenciales para evitar los tapones de vegetación, los copilotos iban en los estribos de los vehículos faroleando la sabana para evitar alguna grieta o zona húmeda, el imponente domo cada vez lo teníamos más cerca hasta el punto que ya lo iluminábamos con los faros auxiliares de los vehículos.
Ya logrado llegar al primer objetivo decidimos armar campamento en el medio de la sabana por ser un lugar más seguro, ya que la peña está rodeada de un bosque típico de los caños apureños, nuestra referencia nos indicaba que teníamos un caño muy cerca, pero la noche no es buena para investigar si es bueno o mal lugar para acampar.
La impresión te todo el equipo esa mañana fue la misma al salir de la carpa y contemplar el gigante domo, WUAOOO, un coloso de granito sobresalía de la vegetación, en su cima tiene una roca única, y la misma pregunta nos hacemos todos, ¿cómo llego esa roca a la cima?, nuestros datos nos indican que tiene una altura aproximada de 60 metros y 300 metros de longitud.
Nuestro objetivo de ese día era conocer el caño detrás de la peña y buscar la mejor forma de subirla, al acercarnos notamos un sendero de pescadores, este nos llevó a la zona norte, cuando caminas por el borde se nota de inmediato hasta donde sube el caño en invierno, la tranquilidad es absoluta en el lugar, en el caño se nota la cantidad de peces que debe tener, se escuchan muchas aves mientras caminas por el borde.
Al llegar al borde escuchamos un gran estruendo en el agua y vimos unos chiguires nadando en el caño, en ese lado baja la laja y se adentra al caño formando una especie de planada donde decidimos refrescarnos en la orilla, el calor es muy fuerte en ese lado ya que no pega nada de brisa.
Decidimos volar el drone para lograr tomar por completo el domo, notamos una formación en forma de agujero he intentamos llegarle, pero la inclinación de la roca ya era muy fuerte y peligrosa, desprenderse de la roca no es opción, estar pegado a la roca, sujetado por las suelas de los zapatos, con las palmas de las manos en la roca caliente y una temperatura como de 40 grados hace de ese momento muy peligroso, así que es mejor retornar y seguir disfrutando del lugar de otra manera.
El lado Sur era inclinado, pero se puede subir con mucha prudencia, la fuerte brisa te hace malas jugadas y hace tambalear, así que hay que jugar muy bien con el equilibrio, peso e inclinación, pero al ir ascendiendo y voltear y ver la inmensidad de la sabana hace que la meta definitiva sea llegar a la cima. Al estar en una zona tan plana y poder elevarte más de 50 mts las vistas son increíbles, es como estar en un rascacielos en el llano.
En la cima esta la roca que se ve muy pequeña desde abajo, pero al estar a su lado notas de inmediato su gran tamaño, y nuevamente llega a tu mente la pregunta, como llegó aquí, como se sostiene, porque no se cae, no es posible que solo unas rocas pequeñas la sostienen, es impactante verla, y te animas más a recorrer la cima y ver en el horizonte el otro conjunto de domos, tomamos todas las fotografías necesarias y volamos el drone.
Al tener un excelente tiempo de recorrido decidimos mudar el campamento hacia nuestro segundo objetivo, el segundo domo, el más grandes de todo el conjunto, nuestros datos nos indicaban que tenía una altura de casi 100 mts y una longitud de 600 mts, lo mejor un posible lugar de campamento al lado del caño.
Tomamos nuevo rumbo, sabaneando hacia nuestra referencia visual, realmente es difícil describir en palabras la sensación que te da, ir rodando hacia el domo que visualmente crece y crece mas sobre el horizonte, al llegar a sus faldas te quedas sin palabras, es totalmente imponente, y te surgen las preguntas, por donde podremos subirla.
Seguimos nuestros datos y nuevamente encontramos un sendero de pescadores, al seguirlo conseguimos rastros de su faena de pesca y algo de basura relativamente nueva, latas de cerveza colombiana y bolsas plásticas, cabe destacar que ya teníamos casi dos días en la sabana y no habíamos visto a ninguna persona.
Nos acercamos lo más que podíamos al caño para así poder armar campamento cerca del agua, pero la vegetación no lo permitió, decidimos montarnos en la roca y buscar un lugar ideal, pero la temperatura de la roca es muy alta y sabíamos por experiencia anteriores, que eso sería un campamento sumamente caluroso, la roca baja su temperatura en la madrugada solamente, es como estar sobre una plancha de panquecas.
Decidimos terminar la tarde refrescándonos en el caño, caminamos por el borde del domo y notamos que había toninas en el caño. Decidimos bajar de la roca y buscar a una zona limpia de vegetación y de piso de tierra, así tendríamos un campamento mucho más fresco.
Un nuevo día comienza con el aullido de una manada de monos araguatos que habitan en el caño, luego de un buen desayuno y preparación para el trekking ya teníamos visualizado el lugar para ascender al domo, nuestra primera parada fue un pequeño pozo de agua que se forma al descender agua por la roca, fue muy interesante ver unas rocas que siguiendo su posible desprendimiento se notaba el lugar desde donde cayeron, al acercarnos fuimos sorprendidos al notar colores rojizos en sus lados, eran pinturas rupestres, ese lugar nos indicó lo antiguo he importante que es para los indígenas de la zona, una huella de los ancestros.
Nuevamente el ascenso fue muy duro, inclinación y fuerte brisa, el sol inclemente sobre nuestros hombros, pero la recompensa del esfuerzo es enorme, al llegar nos percatamos que había vegetación en parte de la cima, desde ahí salía el agua que forma el pozo de la falda del domo, en diferentes lugares vimos pozos formados por las lluvias de los días anteriores, para algunos del grupo fue un lugar ideal para refrescarse del fuerte calor.
Al ver estos pozos entendimos el porqué de las marcas de caída de agua desde la cima, la naturaleza tiene un equilibrio perfecto, así este sobre una imponente roca de granito, con un clima implacable la vegetación siempre busca la manera de subsistir, y no solo tiene vegetación, también hay rastros de pequeños mamíferos en la cima
Pasamos todo el resto del día caminando y disfrutando del lugar, nuevamente vimos las toninas, terecayas en sus orillas tomando sol, los araguatos recorriendo las copas de los árboles, nutrias, aves, todo en un solo lugar, simplemente somos privilegiados.
Merendamos y tomamos una nueva decisión del viaje, ya que no teníamos manera de cruzar el caño y teníamos que dar una vuelta muy larga para visitar los otros domos decidimos ir a las riberas del Cinaruco. De la misma manera que lo hicimos años atrás tomamos rumbo hacia la boca del Cinaruco con Orinoco, donde tenemos un excelente point alejado de los arenales y la ya tradicional rumba festiva de carnaval.
Al llegar al Caserío frente al Playón La Pereña notamos de inmediato la aglomeración de visitantes, botes, motos de agua, motos, atv y los grandes equipos de sonido animando todo el lugar, para muchos es lo máximo del disfrute del Cinaruco, para otros no existe cosa más terrible que llegar a un lugar natural tan alejado y encontrar este desastre, sin duda pertenecemos al segundo grupo.
Seguimos rumbo hacia el point seleccionado y el lugar estaba intacto como en nuestra última visita, lugar pequeño y lleno de árboles que dan una excelente sombra, no hace falta ni abrir los toldos, tranquilidad total ya que no está en el brazo principal del rio, así que no pasan los botes y motos de agua, el lugar al ser tan tranquilo está lleno de aves y con su toque especial, las toninas y perros de agua que todas las tardes pasan al frente de nosotros, simplemente nos dedicamos a descansar y disfrutar de las cálidas aguas del Cinaruco.
Nuevamente la temporada nos trató excelente, la sabana se deja ver cuando la respetas y no dejas huella en ella, regresaremos de nuevo en el próximo verano para seguir mostrándoles lugares únicos del Apure.
Agradecimientos por el apoyo
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