Como la mayoría de los pueblos costeros aislados, tiene una parte playera con desarrollos turísticos sencillos y es más adentro dónde están las casas de los habitantes, la plaza con su iglesia y una casa tradicional convertida en ambulatorio al lado de la escuela. La playa posee facilidades para el visitante, pequeños restaurantes, hospedaje, y varias escuelas de submarinismo, esto se debe a que esta bahía es de oleaje suave y bastante profunda. Es el sitio ideal para muchos al iniciarse en la práctica del submarinismo y hay centros de entrenamientos, con instructores de buceo que pueden ayudarte en esta experiencia.
En esta ocasión arribamos muy temprano al poblado ya que dos de nuestros compañeros tenían planificada una inmersión a primera hora de la mañana, mientras ellos estaban en su actividad el resto del grupo se relajo en la playa. En lo profundo puedes observar fondos coralinos, paredes de coral y abunda la fauna marina es normal observar isabelitas, toritos, corocoros, peces trompeta, sargentos y medregales. A los 22 mts. de profundidad los buzos encuentran una de las atracciones típicas de esta bahía, la estatua de Jesucristo que con sus brazos abiertos da la bienvenida, como también encuentras la flauta de Poseidón y la Torre Eiffel.
Luego de un buen rato en Chichiriviche decidimos continuar nuestro recorrido costero vía a Playa Petaquire, en este trayecto la vía serpentea por grandes acantilados donde en cada curva se puede ver bonitos paisajes, la vía es muy angosta y se recomienda ir en vehículos de doble tracción. Poco antes de arribar a la playa se puede observar el imponente Peñon de Petaquire, el cual se alza sobre la vegetación por su gran tamaño.
Al arribar a Playa Petaquire decidimos visitar La Cascada de Petaquire, lugar increíble al pie del Peñon, los vehículos se dejan en la playa, (se recomienda no dejarlos solos), se toma rio arriba por aproximadamente quince minutos, en el recorrido debes atravesar pequeños pozos y trepar grandes piedras, el rio se va adentrando en un cañón formado por grandes paredes de roca el cual te hacen sentir diminuto en este lugar, cuando estas llegando al final del cañón escuchas el estruendo de la cascada pero no la puedes ver, esto se debe a que la cascada desciende por una cueva formada por dos grandes rocas, después de trepar unas rocas puedes ver la cascada y meterte bajo sus aguas.
Este lugar es muy visitado por los practicantes de Canyonig debido a la buena altura que posee la cascada y lo vistoso del lugar, aquí también se puede hacer una pequeña caminata a lo alto de la cascada usando unos arrastraderos de unos cincuenta centímetros de diámetro los cuales pasan por debajo de grandes peñones.
Después de disfrutar este lugar continuamos nuestro recorrido por la costa hasta llegar a la bahía de Puerto Cruz, otro pueblo pesquero, tan solo quince kilómetros separan a estos dos poblados, pero este ya esta mas comercializado para el turismo, en su playa posee varios restaurantes, duchas y baños, en este lugar ya los vehículos se pueden estacionar en la orilla de la playa y como muchos sabemos esto se convierte en una guerra de sonido entre ellos, lo cual considero es un falta de respeto a todo aquel que visita estos lugares en búsqueda de la tranquilidad de estos rincones apartados, después de el desagradable encuentro tomamos rumbo hacia la carretera que conduce a la Colonia Tovar y así dar por completado el recorrido.
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