La historia de nuestra búsqueda del Valle Arcoiris.
Año 2004 me encontraba en la sabana haciendo un trabajo de fotografía de
la revista fronteras Magazine
En esa oportunidad me pidieron la cola unos mochileros Argentinos para
Santa Elena, en la habladera me comentaron que habían visitado un salto muy
bonito que no era turístico, al preguntarles como llegaron me dijeron que fueron
con un guía y el nunca les quiso decir el nombre.
Como por casualidad de la vida esa
vez me quede en el hotel anaconda y cenando nos topamos con unos guías que
estaban hablando de que tenían que llevar un material científico de unos
japoneses que estaban haciendo un estudio del oxigeno de los ríos en la sabana,
en especial un salto, y querían llevar
el material hasta donde querían armar el campamento, el asunto era que los
porteadores no querían entrar a la zona, les dije a los guías que me facilitaran el
dato de ese salto y se negaron porque
los japoneses querían estar solos.
Con esta información quede picadísimo
y empecé la búsqueda, ese año volví a la sabana y cuadre con un guía amigo que tenía
idea de la cascada, el conocía al maestro de la comunidad, hicimos el contacto
y nos cuadro una reunión con el capitán, el cual nos afirmo la existencia de
esa cascada, al hablar con él nos informo que a la zona solo se entra con
permiso de ellos y un guía, nosotros aceptamos la condición, me sorprendió fue
que nos dijeron vengan a las 8 pm que tendremos una reunión con la comunidad y
hablamos de eso.
Regresamos y fue increíble que nos
estaban esperando en un espacio techado con mesas y sillas, solo imaginen nuestra cara de susto, tres criollos delante de toda esa gente, hombres,
mujeres, niños y ancianos.
Empezó la reunión y el capitán les
explicaba a todos nuestra visita, a nosotros nos colocaron al lado una muchacha
para que fuera nuestra traductora, nosotros nos presentamos como corresponsales
de prensa de turismo, Fronteras Magazine en esa época y nuestro amigo como guía
en la sabana con más de 14 años trabajando turismo.
Después de exponer toda nuestra
intención nos dijeron que nos apartáramos y ellos empezaron a hablar, claro
nunca entendimos nada, hablaron en pemon, nos llamaron de nuevo, en ese
momento sentí nervios al ver a todos callados y solo nos veían, los únicos que
sonreían y nos hacían muecas eran los niños, el capitán nos dice, muchachos se
a tomado una decisión, no podrán pasar a la zona que quieren conocer, es una
decisión tomada por los ancianos y nosotros los jóvenes no podemos
desobedecerla.
En ese momento salió de la multitud
una señora muy mayor, y nos empezó a hablar medio gritado, la muchacha le daba algo
de pena hacer la traducción, la señora nos dijo lo siguiente, me alegra
su trabajo de informar a la gente como se debe comportar al visitar la sabana,
me alegra que lleven fotos a caracas, pero la sabana está sufriendo mucho por
culpa de los turistas, ya todo lo que está cerca de la carretera está dañado,
eso es culpa de los turistas, acaso a ustedes les gustaría que yo fuera a Caracas
y me bañara en el tanque de agua de su casa, o que pasara un carro por el patio
de tu casa, o que me cagara y meara donde te bañas, no verdad bueno a nosotros
no nos gusta tampoco, por eso no hay paso. Se dio media vuelta camino y se agacho en un rinconcito.
En ese momento delante de toda esa
gente me quería desaparecer, que pena ajena tan grande por culpa de los
inconscientes, no salían las palabras, después nos despedimos y dimos las
gracias.
Con mucho pesar decidí desistir a la búsqueda, cuando estaba de retorno a los
días siguientes nos paramos en una comunidad y ahí se me acerco un pemon y me
dice, yo estaba en la reunión de hace días, le dije tú conoces el lugar
llévanos y cuadramos un pago, me dijo no, le pregunte el porqué y simplemente
me dijo no se puede.
Muchos años después, y gracias a un
trabajo de hormigas con las comunidades, un grupo de viajeros responsables y comprometidos con la comunidad logro un permiso de visita.
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