lunes, 8 de octubre de 2018

Isla La Tortuga



ISLA LA TORTUGA



Paraíso tropical enclavado al norte de Venezuela,  perteneciente a las dependencias federales es la segunda isla más grande de nuestras costas.


Su nombre se debe a la gran cantidad de tortugas que se encontraban es sus blancas playas,  es un paraíso desértico rodeado de manglares, arrecifes, acantilados y playas,  está conformado por la isla principal (La Tortuga) y dos cayos, Los tortuguillos y Herradura





Nuestra visita partió desde las costas del Estado Miranda, a 48 millas náuticas rumbo norte y unas 4 horas aproximadas de navegación,  fuimos afortunados al encontrar  el mar en muy buenas condiciones,  prácticamente era un plato, son muchas las historias de largas horas de navegación con un mar totalmente hostil,  corrimos con mucha suerte en esta ocasión.


Mientras navegamos se empieza a divisar la línea de tierra en el horizonte, la cual anuncia nuestra llegada a La Tortuga,  decidimos tomar rumbo hacia el lado Este para realizar  una observación de la costa Sur  de la isla.



















Se puede notar la presencia de vegetación xerófila, acantilados, pequeñas bahías,  y playas de arenas blancas con aguas cristalinas, ideales para visitar con botes auxiliares o peñeros, durante todo este recorrido nos acompañaron gaviotas rondando el bote , nos sorprendió ver varios chivos silvestres rondando en los acantilados,  nos comentaron que antiguamente habían muchos chivos, estos fueron traídos por pescadores desde el continente y se criaron de un modo silvestre,  actualmente quedan pocos.

En la isla se encuentra una pista de aterrizaje,  el puesto de guarda costas y algunas rancherías de pescadores,  actualmente el gobierno está construyendo un complejo turístico en la isla, esperemos que esto no destruya el frágil ecosistema del lugar










El nuevo rumbo es hacia la costa Oeste de la isla, aquí se encuentran los cayos Los Tortuguillos,  son dos islotes unidos por un pequeño istmo,   su principal atractivo es una playa solitaria de aguas cristalinas y arena blanca, estos son visitados por aquellas personas que quieren una paz absoluta,  ya que en el lugar está totalmente desolado.  


Nuestro destino era cayo Herradura,  lugar ideal para anclar la embarcación debido a sus aguas mansas,  lo primero que impresiona al llegar es el color de sus aguas, es una combinación de azules en degrade donde predomina el color turquesa,  una cosa es verlo en persona y otra tratar de plasmar el color en una imagen o video,  en persona se convierte en una imagen épica.





















Como su nombre lo identifica, el cayo tiene forma de herradura,  creando una barrera natural contra las olas,  tiene una longitud aproximada de 1600 metros  con un ancho variable de 60 a 400 metros, en su bahía se pueden ver,  lanchas rápidas, pañeros y yates,   posee una larga playa de arenas sumamente blancas,  en su lado Este se levanta un faro ya golpeado por la falta de mantenimiento, también se puede ver el museo de las conchas , la capilla de la Virgen del Valle y algunas rancherías de pescadores.


Al recorrer su lado Oeste nos encontramos con la unión de aguas, llamada la Gracia de Dios, típico fenómeno de combinación de una lengua de arena y el choque de las dos corrientes, realmente muy bonito el lugar, también se puede disfrutar de playas solitarias llenas de paz y naturaleza.













En el centro del cayo se encuentra la infraestructura de unos campamentos turísticos,  hileras de carpas  y  de unas camas carpas, no sabemos  qué nombre darles,  ya que son camas con unas estructuras en madera con telas para producir sombra nos imaginamos, a nosotros nos  parecieron más bien escenario para obras de teatro de títeres,  detrás de las hileras de carpas están unos baños improvisados con unas rancherías de pescadores donde preparan las comidas de los visitantes, todo está medianamente ordenado y decorado para hacer la estadía más agradable al turista.

Estos campamentos tienen poco tiempo operando,  y cada vez son más los visitantes que adquieren sus paquetes turísticos,  los precios varían, dependiendo del tipo de carpa y comodidades que pidas,  vimos  un campamento en la orilla Oeste donde prácticamente estaban abandonados los turistas,  unas carpas en estado deplorable, sin sombra alguna, sin baños, la ranchería terriblemente mal,  y una botella de agua dulce de cinco litros para que te las arregles, esto no es turismo, eso se llama piratear un buen servicio al turista, en frente de este campamento estaba anclado un peñero en muy malas condiciones, si ese fue el bote que los trajo a la isla, quedamos impresionados con la valentía de las personas que vinieron en el.

  Si quieres visitar La Tortuga con estos paquetes turísticos, asesórate muy bien de todo,  primordial la embarcación que te lleve,  ver a mas de 15 personas en un peñero,  en un mar picado, por cinco horas, es una maldad increíble, eso no se le hace a un turista, es jugar con su desconocimiento a como es el recorrido, ellos te dicen que son cuatro o cinco horas de navegación,  pero nunca te dicen que mal pueden ser y menos lo peligroso.


Son muchos los argumentos de personas que han utilizado estos servicios turísticos,   unos  están sumamente complacidos con el servicio y consideran el viaje en el peñero como una aventura, otros no comentan lo mismo,  se quejan que son engañados con lo que se ofrece y la realidad es otra, nuestra recomendación es preguntar todo y exigir que sea real lo que ofrecen,  comida, hidratación,  agua dulce (cantidad),  carpas, colchonetas y lo más importante, el tipo de embarcación a utilizar, es mejor pagar mucho mas pero estar 100% cómodo y seguro en el recorrido.







El día transcurre en total armonía en el cayo,  disfrutas de sus cálidas y cristalinas aguas,  recorres todo el cayo,  ves a los turistas en sus actividades de campamento,  la faena de los pescadores,  las lanchas ancladas en la bahía, algunas en total paz, otras con sus buenos equipos de sonido ambientando  la fiesta en la playa, en un lugar donde hay cabida para todos,  y al final del día lo que nunca puede faltar en estos paraísos tropicales,  un atardecer  de colores naranja extraordinario.


Agradecimiento a mis grandes amigos de viajes Jorge Heny y familia por permitirme compartir con ellos este estupendo viaje.







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