Como lo dice nuestro eslogan, al norte de Suramérica, es el lugar donde está ubicada nuestra hermosa tierra, por tal razón en esta ocasión decidimos visitar el punto más septentrional de nuestro territorio, el Cabo San Román.
Nuestro recorrido comienza en el interesante Parque Nacional Médanos de Coro, ubicado al norte de la ciudad de Coro es el lugar que nos da la bienvenida a la península de Paraguaná. Este parque en su conjunto está dominado por el Istmo de los Médanos, que une al Estado Falcón con la Península de Paraguaná, este es una faja de 30 kilómetros de largo por 5 de ancho, con una altura promedio de 20 metros sobre el nivel del mar, un rasgo geográfico único en Venezuela, su principal atractivo es la presencia de los médanos, constituidos por la acumulación de arenas, que se desplazan bajo la acción del viento, muchos venezolanos lo conocen pero solo en su paso por la carretera nacional, los invitamos a atreverse a conocerlos más en profundidad, es una experiencia única de desiertos en la península.
Ya adentrados en la península tomamos rumbo Norte hacia el poblado de Adícora, esta población en los últimos años ha tenido
un auge muy importante a nivel internacional por las variadas competencias de kitesurf
y windsurf, su costa presenta características ideales para la práctica de estos
deportes, arribando al poblado se pueden ver las diferentes velas de los deportistas
haciendo sus maniobras con el fuerte viento.
Este poblado también se caracteriza por
mantener un casco colonial muy colorido y un bonito faro al igual que múltiples posadas, todo este lugar es el lienzo de muchas fotografías por los temporadistas.
Continuando por la costa se arriba a un
lugar muy importante en la península, Las Salinas de Cumaraguas, es un conjunto de lagunas dedicadas a la
extracción de la sal, en este lugar se presenta un espectáculo digno de ver en
horas del atardecer. Al parecer
“cumaraguas” es el nombre de un cangrejo de caparazón rosado y los indígenas de
la región llamaban así a la espuma rosada que se forma en las orillas de la
salina. Esa espuma tiene la consistencia de un gel pero la textura es granulosa
y su color rosado proviene de los taninos que hay en el agua. Es impactante ver
los trozos de cristal rosado que parecen pequeñas joyas de sal y que niños
intentan venderte. Este lugar es
altamente recomendado para terminar el día, y nunca está de más comprarles a
los niños los cristales y caracoles, es más una ayuda que un negocio.
A escasos cuatro kilómetros de las Salinas las Cumaraguas, vía al poblado
El Vínculo, se encuentra una casona
situada a orillas de la carretera, se conoce como un sitio histórico, fue casa
de Juan Crisóstomo Falcón quien nació en 1820 y murió en 1870, fue líder de la
Guerra Federal junto a Ezequiel Zamora; al lado se encuentra el portal de lo
que fue una gran capilla, en la que aún se puede apreciar la construcción de
estilo colonial; fue centro de vigía durante los siglos XVI, XVII y XVIII, ya
que posee una vista privilegiada al mar. Hoy día es notoria la desidia que le
tienen a este lugar, a nadie le importa ya la casona está prácticamente en el
piso, lástima por estos tesoros de nuestro patrimonio cultural y
arquitectónico.
Dejando atrás este histórico lugar
continuamos rumbo hacia las ruinas del Hotel Médano Caribe, realmente uno se
queda con la boca abierta de ver semejante estructura en total abandono, la
recorrimos en su totalidad y notamos que trataron de invadirla, me imagino que
desistieron de la idea por la falta de servicios básicos sino ya estaría
convertida en un barrio más de nuestro país.
Es impresionante ver como se dedicaron a
extraer todo el material que pudieran utilizar de nuevo, no sacaron las
cabillas porque de seguro les cae encima la estructura, solo imaginen sacar
toda la terracota del piso de todo el complejo de habitaciones, o las tuberías
de las piscinas, solo eso es un ejemplo para que se imaginen el poder
destructivo de algunas personas, por un instante cierren los ojos y piensen que
este complejo lo tienen una transnacional hotelera tipo las de Aruba, Curazao y
ni hablar de Cancún, les aseguro que la
economía en la península seria otra y no existiera la gran miseria que se ve al
otro lado de las salinas.
Luego de hacer las reservaciones en el
hotel que algún día funcionará continuamos rumbo a Puerto Escondido, localidad situada más al norte de la
geografía de Venezuela, ubicada en la península de Paraguaná, aquí ya llegaron
varias licorerías y restaurantes, aquel caserío olvidado por los Venezolanos de
hace unos 20 años ya no es el mismo, el antiguo restaurante lo convirtieron en
un agradable lugar, decidimos desayunar aquí un buen menú, solo imagínense que
ofrecen fresas con crema y tiene una tienda de trajes de baño y recuerdos del
cabo San Román, la tienda tienen aire acondicionado.
En este lugar se encuentra varado desde
hace quince años un buque mercante
llamado Denisse Marie, al que el paso del tiempo y la acción del oleaje han ido
resquebrajando su estampa marina, si bien todavía es posible apreciar su origen.
Este barco en realidad tiene su origen en tierras Españolas, fue construido en
el entonces astillero Basse Sambre-Corcho, S.A. (CORBASA), con el número 109
del citado astillero, fue botado con el nombre de Magdalena del Mar, contratado
por Equimar Marítima, aunque entró en servicio en 1970 con el citado nombre
austríaco Stadt Elsfleth. Tenía un
gemelo llamado Catalina del Mar y se trata del cuarto de los 17 buques porta contenedores
construidos en el citado astillero, con capacidad para 218 TEUS.
Por espacio de casi veinte años, entre 1976
y 1995, el citado buque navegó con los nombres de Cheshire Progress
(1976-1978), Progress (1978-1981), St. Anns Bay (1981-1988), Gregory
(1988-1992) y Lisa Marie (1992-1995). En 1995 lo compró una sociedad venezolana
vinculada a la familia Capriles y fue rebautizado Denisse Marie. Durante un
tiempo estuvo cargando carbón mineral en La Ceiba (Lago de Maracaibo), laminado
de acero, alambrón y cabillas en la terminal de VENELUM con destino a las islas
del Caribe y por último estuvo cargando sal en Araya.
En el que sería su último viaje, el 8 de
mayo de 1998 embarrancó en el punto de referencia. Las causas no están claras,
aunque, por lo que se dice, el barco venía cargado con sal en viaje a Estados
Unidos, y pudo haber problemas con el pago de la carga o con el motor
principal, el caso es que el barco embarrancó, el armador hizo abandono del
mismo a favor del seguro, éste cobró la póliza y aunque tiempo después se
intentó reflotarlo, los esfuerzos resultaron inútiles y el barco quedó para
siempre donde está. Hace unos años, vencido por la corrosión, cayó la proa y,
así, poco a poco, llegará un día en que será sólo un recuerdo.
Al Salir de Puerto Escondido se divisa en
la lejanía un gran faro el cual marca la posición del Cabo San Román, es el punto más septentrional de la Venezuela
continental y desde donde se logran ver las luces de Aruba y Curazao en la
noche, por el oeste cada tarde, visitantes y lugareños pueden observar las
puestas de sol que se enmarcan en las templadas aguas del Golfo de Venezuela.
Al arribar al lugar se encuentra con un
monumento de una cruz, lugar histórico donde se produjo el arribo de los
españoles a la península y por consiguiente el descubrimiento de Paraguaná el 9
de agosto de 1499, día de San Román, santo que le dio nombre al cabo y en su
primer momento a toda la península.
Hasta hace poco, el faro que se exhibía era de
acero blanco con rojo. Estaba oxidado y deteriorado producto de la humedad y
salinidad del ambiente en el que se encontraba y de los pocos cuidados que se
le dedicaban. Un nuevo faro fue instalado por la Fuerza Armada Nacional en
febrero del año 2004.
Su bombillo se carga durante el día por
paneles que funcionan con energía solar. Tiene 80 metros de altura y una
fachada de piedra. Fue inspirado por el faro ubicado en el cabo La Coruña, en
España. Por las noches, advierte a los barcos de la existencia de ese lugar. A
pocos metros de él, se encuentra el borde de la tierra sobre la que se alza y
contra el cual rompen con furia las olas del mar. A pesar de que no llamaba la
atención antes de ser reconstruido, hoy es uno de los principales atractivos
del lugar.
Luego de esta interesante visita tomamos
rumbo hacia Médano Blanco, en este lugar
se alzan los médanos en una zona totalmente virgen, es muy impresionante como
al pasar los años los médanos se van rodando hacia el mar, la primera vez que
conocimos este lugar las dunas tenían más de 20 metros de altura, casi se
formaba un trampolín hacia el mar, el pasar de los años y sus arenas nómadas
han cambiado el paisaje en su totalidad.
Aquí el grupo disfruto del paisaje y de los
obligados saltos al vacío para caer en las suaves arenas de color dorado. En
este lugar decidimos acampar ya que es
tradicional para el equipo, Playa La Doña, nos refugia de la fuerte brisa y aprovechando la sombra
de unos árboles de cují es el campamento playero ideal.
Un nuevo día marca el comienzo del
recorrido por la costa, la trilla zigzaguea dentro de cactus y cujíes, en
muchas ocasiones la vegetación deja las marcas en la carrocería de nuestro
paso, antiguamente existía una sola trilla, actualmente hay muchas debido a la
construcción de una carretera que une Los Taques y Adícora, se recomienda el
uso de GPS para no pasar malos ratos, de
igual manera ya hay varias construcciones de casas de pescadores, algunas hasta
prestan servicio de restaurante y área de campamento.
Nuestra primera visita del día lo hicimos
en bahía Boca de Macama, lugar ideal ya que posee una amplia playa y sus aguas
son muy tranquilas, ideal cuando se viaja con niños, aquí nos encontramos un rancho restaurante
abandonado, nos imaginamos que en temporadas vacacionales se activara para ofrecer
sus servicios a los visitantes. Este lugar tiene una pequeña laguna de agua
salubre, esto hace que muchas aves la visiten en busca de alimentos, es un
espectáculo digno de ver.
Siguiendo rumbo Oeste entramos a Punta
Arenal, otros lo conocemos como Punta de Coral, este lugar te muestra lo
inmenso de nuestra costa, aquí hay que recorrer con mucho cuidado debido a los
filosos bordes de la roca que se ocultan con la arena, no sé porque razón
siempre que visito este lugar se encuentra una manada de Burros, al igual que
manadas de chivos, no entiendo el porqué, uno espera encontrarlos donde halla
vegetación, su alimento, no aquí que lo que hay es coral y arena por doquier,
luego de esta visita retornamos a la trilla principal que bordea la península.
Nuestro nuevo destino es la casona de
Macara, como siempre este lugar nos muestra sorpresas, en esta ocasión
encontramos una nueva escuela rural, muy bonita y alimentada por un sistema de
paneles solares y un molino de viento, en su entrada decía que es un proyecto
piloto, espero que construyan mas no solo en esta zona sino también en toda
Venezuela, hacen mucha falta en las zonas rurales.
De igual manera aún mantienen con cierto
cuidado la casona, lo que conocí como una casita de bahareque de unos viejitos
ahora es la casa de los cochinos y gallinas, se podría decir que es un establo
ahora, lo que nunca me deja de sorprender es por qué estas personas
literalmente botan toda su basura alrededor de la casa, imagínense lo que se
produce de la combinación de basura y fuertes vientos, muy lamentable esto.
Desde este punto se puede observar nuestro
nuevo destino, el faro de Punta Macoya, un lugar con una ubicación privilegiada y al igual que toda la zona
lleno de mucha historia. Este lugar era poco conocido y poco visitado por los
turistas, su atractivo principal es el faro que se encuentra aquí desde 1902 y
fue restaurado en dos ocasiones siendo la última en 1992
Sin embargo, para 1929 existía sólo en
Paraguaná el faro de Punta Macoya, proyectándose la construcción de los de San
Román y Adícora, desde lo más alto se puede ver lo grande de la bahía de Punta Macoya, de
igual manera si observamos al Sur podemos ver el Cerro Santa Ana, el cual se
alza imponente en la planicie de la península.
Desde lo más alto divisamos una serie de
playas las cuales te invitan a campar en sus orillas, se recorre un laberinto
de trillas hasta llegar a la orilla, en este trayecto los cujís nuevamente
dejan su marca en las carrocerías de los vehículos, arribamos a una bonita bahía, pero lamentablemente
el mar estaba muy revuelto y con un oleaje fuerte, así que se decidió retornar
hasta Bahia Mangle Lloroso, el cual es una gigantesca playa, la cual ofrece
buena sombra y el mar es prácticamente un plato, arribamos rápidamente al lugar
a armar campamento y disfrutar de la playa y una buena velada.
El nuevo día comienza muy temprano en la
Punta de Chaure, lugar de fácil acceso caminando desde la Bahía, aquí se puede
ver la magnitud de la fuerza del mar y el viento al ir dando forma sobre los
corales, también unas pequeñas dunas se están formando, ojala se conviertan en
unas grandes para poder disfrutarlas en un futuro.
El día del retorno a la capital había
llegado, así que el campamento se recogió rápido para tomar rumbo Este para salir
por Médano Blanco, en este lugar tomamos las fotos de rigor y lo recorrimos por
su cima, despidiéndonos de este lugar hasta la próxima visita arribamos de
nuevo a las Salinas de Cumaraguas a esperar el atardecer y lograr una buena
fotografía de este fenómeno.
7 comentarios:
Felicidades Juan, muy bueno el relato y cada vez mejores fotos.
Gracias amigo, de eso se trata, síguenos y recomiendanos, @overlandingvzla
Que buen relato. Que belleza esos paisajes.
Gracias por compartirlo.
Saludos...
Excelente reportaje, el fin paso visite y la zona y tu muestras muchos sitios interesantes que uno pasa por alto por considerar aburridos pero que están llenos de muchos datos interesantes, Saludos
Excelente reportaje, el fin paso visite y la zona y tu muestras muchos sitios interesantes que uno pasa por alto por considerar aburridos pero que están llenos de muchos datos interesantes, Saludos
saludos
me agrada ver q aun existen personas con el verdadero espirutu de aventura y respeto por la naturaleza
personas adultas que usan los 4x4 como una herramienta para llegar a esos sitios donde pocos pueden
espero sigan deleitandonos con esas aventuras
Muy buen relato y muchas fotos... Gracias
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